La Costa Brava es un inmenso paraíso en el noreste de la península ibérica en donde se combinan la fuerza de su geología y flora con el sosiego de sus aguas azuladas y transparentes. Esta mezcla hace de este entorno un remanso de paz, tranquilidad y belleza.
El mar en la Costa Brava ofrece innumerables oportunidades para el disfrute. Desde los caminos de ronda, una red de caminos a pie que bordean la costa y desde donde se aprecian las maravillosas panorámicas sobre el mediterráneo, hasta las pequeñas playas o calas que se conforman en donde disfrutar de sus aguas limpias y cristalinas.
Los amantes de los deportes también están de suerte por la variedad de actividades que se ofrecen a quienes la visitan: vela, buceo, surf, …, entre otras.
Asimismo, el mar es fuente de riqueza natural que ofrece innumerables regalos gastronómicos. Una forma de apreciar su esplendor es visitar el puerto de Palamós y su museo para familiarizarse con la importancia que el mar ha tenido y tiene en esta zona y las gentes que lo habitan.
Y no podemos separar el mar de su propia historia, y prueba de ello, son los innumerables vestigios que se pueden visitar y que dan prueba de la importancia del mar en pueblos que habitaron sus costas y el interior de la Costa Brava. Sólo como referencia, diversos restos históricos de asentamientos ibéricos o los innumerables pueblos medievales que permanecen, casi intactos, en su geografía.
